viernes, 8 de junio de 2012

¡¿Charlie Tú?! - Prólogo



Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer, yo solo los voy a tomar prestados.


Charlie Swan guarda un gran y oscuro secreto, que ha logrado mantener oculto de cuantos lo rodean.
¿Qué será, de él ahora que su hija Bells llegue a vivir a su casa? ¿Será ella capaz de develarlo?
¿Qué tan peligroso puede ser? E&B/Charlie (Raiting: M, por lo que pudiera pasar)



¡Charlie, Tú!


Prólogo

Charlie Swan es un reservado hombre de cuarenta y pocos, que aparenta ser dueño de una vida poco interesante y normal. Reconocido escritor de fantasía y misterio, dejó atrás su carrera como agente de la ley para pasar sus días enclaustrado en su casa a las afueras de Forks, un pequeño pueblito de Washington, en la casa que compartió con Renée, el amor de su juventud, y la hija de ambos, Isabella.
El ambiente frío, húmedo y poco soleado de Forks, ha colaborado con sus sombras a salvaguardar la carga que conlleva el mantener lejos de la mirada en quién se ha convertido realmente Charlie Swan, verdad desconocida incluso para Isabella, quien ha decidido vivir con él.

Mientras conduce su Pontiac -GTO 1967 color negro y vidrios polarizados- rumbo al aeropuerto, en busca de su hija, Charlie se prepara para lo que será en más su nueva vida en compañía de su querida Bells. El tiempo transcurre con prisa y el camino va quedando rápidamente atrás. Pronto se encuentra cargando las maletas con las pertenencias de su hija en el auto, luego de un corto recibimiento en el que se permitió un acercamiento físico con su -ya casi una adulta- Isabella.

Enfundado en su siempre traje negro, botas de cuero y lentes para sol, Charlie se sienta tras el volante y conduce en silencio hacia la casa que ahora compartirán.

Su nenita, se ha transformado en una hermosa mujercita, de mente brillante, de mirada aguda y suspicaz. Charlie tiene una difícil tarea, es cuando agradece que ella sea aplicada en sus deberes estudiantiles, lo que demandará mucho tiempo fuera de casa en su nueva escuela, y que con un poco de suerte evitará llamar la atención de su hija sobre él.

Al caerla tarde, ella se encuentra instalada en la habitación que utiliza cada verano por un par de semanas desde que era una pequeña niña. Sentada junto a la ventana, contempla la fuerte lluvia y deja perder su mirada en la inmensa oscuridad de la noche. Sabe que las horas serán largas, pero la zozobra le impide dormir, las lágrimas bañan sus mejillas, y sus pensamientos vuelan a los días soleados en Phoenix, donde ha dejado toda una vida.

Los tenues rayos de un amanecer poco inspirador, le hace consciente que debe seguir adelante y no permitir ser derrumbada por sus tristes expectativas de una nueva vida. Sin meditarlo mucho, toma lo necesario para huir al baño y dejarse envolver en un poco de agua caliente. Moviéndose en automático, baja a desayunar. En la cocina se encuentra a un Charlie profundamente concentrado en su periódico, con una taza humeante frente a él. Al advertirla en pie junto a las escaleras, baja su periódico y le dedica una grata sonrisa. La joven se permite por primera vez, sentir una ráfaga de esperanza en que las cosas pueden salir bien. Lentamente se acerca a la mesa, y él extiende la taza a su hija, quien la toma y bebe de ella sin dejar de mirar los ojos de su padre. Bebe todo el contenido y deja la taza sobre la mesa, en lo que él levanta de nuevo el bazo y extiende la mano cerrada hacia ella, gira la mano y la abre para mostrar una reluciente llave, mira a su padre y él señala con las cejas la puerta principal. Toma titubeante la llave y dirige sus pasos fuera de la casa, sale y encuentra lo que sería su medio de transporte. Incrédula, mira a su padre antes de salir.

Mira el auto con más asombro a medida que se acerca a él, desliza las yemas de sus dedos sobre el borde del auto, al llegar a la puerta de manera automática realiza un movimiento lento para abrir la puerta, y para su asombro, abre. Observa unos instantes el interior, respira profundo y se sienta tras el volante, deja recorrer sus manos sobre él –de arriba abajo, y de nuevo hacia arriba- mira al frente, introduce la llave en el encendido y un fuerte ronroneo la seduce, cierra los ojos un instante y tras un par de profundas respiraciones, inicia su camino hacia su nueva vida.

Al llegar a la escuela, busca el espacio disponible más próximo, y con suaves movimientos da por concluido su primer recorrido, gira la llave y el motor de inmediato se silencia, respira otro par de veces sin poder aun creerlo y con sus cuadernos en mano inicia su jornada escolar. Da dos pasos fuera del coche y lo vuelve a mirar. Nunca imaginó tener un auto así de potente y… ¡Rojo!

Alguien se acerca, silba de admiración y una voz femenina pregunta:
Es un Mustang SVT Cobra R del 2000, motor de 5,4 lts, 385 Hp, 6 velocidades y 280 km/r?


Bueno, qué les parece? Esto es de momento solo una idea, estoy madurando el rumbo que deseo darle o se le podría dar al asunto. Me gustaría saber sus opiniones y si les gusta, ver cómo puedo hacer echar a andar el proyecto o lo borro.
Quién se imaginan que puede ser nuestro Charlie? Y qué lo habrá movido a darle a su hija este vehículo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario