sábado, 16 de junio de 2012

¿¡Charlie Tú!? - Capítulo 3


Capítulo 3
Bella POV
Por todos los cielos! No lo puedo creer… no lo puedo creer! –me lo seguía repitiendo una y otra vez, de pie junto a mi cama, con los brazos colgando a cada lado de mi cuerpo, con la mirada perdida en ninguna parte a través de la ventana. No podía dejar de decírmelo en todo el trayecto de regreso a casa desde la escuela ¿Qué he hecho?
Había añorado por mucho el ring del timbre de salida para correr a casa… Había sido una tarde demasiado larga y tensa. Se apresuró a recoger sus libros para llegar a su auto, con toda la prisa lo puso en marcha y salió a la carretera, a penas se detuvo en las señales de ALTO y ni que decir de los semáforos. Ese día había experimentado la velocidad. Ese coche corría, corría y se sentía muy bien.
Ya casi se extinguían los últimos rayos de sol y ella seguía de pie en el mismo lugar, solo cruzó los brazos con fuerza sobre su pecho y agitaba su pie izquierdo con fuerza contra el suelo. Estaba ansiosa, y no sabía qué iba a hacer.
Al llegar a casa estacionó y se había quedado en el auto un momento tratando de tranquilizarse y buscando respuestas, esperaba saber qué hacer, pero no sirvió de nada. Entonces se vio entrando a casa, no quería decirle a Charlie, así que se dispuso a refugiarse en su habitación. La casa estaba en completo silencio. Caminó hasta llegar a las escaleras, se detuvo a escuchar con la mirada fija en la puerta cerrada del despacho de su padre… fue cuando escuchó cómo se deslizaba una silla y corrió a su habitación y se encerró. Esos días apenas había visto a Charlie, pero necesitaba pensar.
Contempló la nada hasta que la oscuridad de la noche la perturbó. Parpadeó rápidamente unas cuantas ocasiones saliendo del transe, cuando los pesados pasos subían las escaleras hacia ella, miró sobre el hombro cuando unos nudillos tamborileaban contra la madera de su puerta. No tuvo oportunidad de contestar. El pomo giró lentamente… el ambiente de la habitación se alivianó con la suave brisa que produjo la apertura de la puerta, esto la hizo parpadear de nuevo, elevó la mirada y le enfocó el rostro al hombre que enmarcaba una leve sonrisa –un tanto triste- y unos ojos calculadores. Luego de unos silenciosos instantes –Charlie dijo:
Cariño, todo bien?
Dejé salir un sonoro suspiro, y me permití respirar. La decisión estaba tomada. Se dispuso a hacer las cosas bien, él había sido su héroe, su mejor amigo…  y aunque en los últimos tiempos las cosas habían cambiado un poco… él seguía siendo él ¿No? Era su padre y lo amaba profundamente.
Caminé hacia mi cama y me senté palmeando el espacio a mi lado… -Papá… perdóname… lamento haberme distanciado de ti todo este tiempo, se que el tiempo no lo podemos volver atrás y que tampoco podemos recuperarlo, pero… aquí estoy… y te quiero de regreso en mi vida… te necesito papá… -terminé diciendo con la voz quebrada y el rostro bañado en lágrimas que no supe cuándo empezaron a desbordarse.
Charlie caminó lentamente hacia mí, con los ojos completamente afectados por mis palabras… se sentó junto a mí y me envolvió fuertemente con su brazo… reposó su mejilla en mi cabello y luego lo besó… -Oh… Cariño… soy yo quien debe pedir perdón… fui yo quien se apartó de ti… hay tantas cosas que necesito contarte, pero este no es el momento de decirte, te prometo que pronto te lo contaré todo, todo. –y me volvió a besar la coronilla de la cabeza- Las lágrimas incrementaron mientras ahogaba los sollozos contra la camisa de mi padre.
No podría decir cuánto tiempo duró aquella escena, hasta que sentí el cuarto ser iluminado por la claridad de la luna. Al parecer Charlie lo notó porque dijo -Hace mucho que no veía una noche tan hermosa como esta… ya sabes aquí es Forks… -y soltó a reír.
Fue cuando recordé lo de la invitación de aquellos chicos en la cafetería. Entonces agregué -Sabes papá tienes razón, es una noche hermosa… -solté el aire de mis pulmones y suspiré- Creo que saldré un rato por ahí… gracias a ese coche tuyo, hoy me han invitado a algo así como un club de autos… -dije casi en un susurro, fingiendo una sonrisa-
Si cariño… ve –dijo Charlie para mi asombro- ve y disfruta… solo te voy a pedir que te cuides mucho ¿Sí? –se hizo un breve silencio y luego agregó- Oh cariño, te venía a traer esto –dijo sacando algo del bolsillo de su pantalón- me pareció que es algo necesario… y es un buen momento para usarlo… ¿no te parece? –dijo extendiendo un BlackBerry.
Lo miré con asombro y él hizo un movimiento con la mano hacia mí –motivándome a tomarlo- extendí la mano con dudas… lo tomé como si fuera venenoso… mirándolo más de la cuenta… -y Charlie agregó- Oh cariño y desde luego esto… eso va con esto… -dijo cortando las palabras con rapidez- me perdí en sus ojos y luego fui a su mano. Un cilindro delgado, algo pequeño y verde me heló la sangre.
Papá… –dije sacudiendo la cabeza en señal de negativa- mientras arrebataba la cosa esa de sus manos con violencia.
No es como que dispare balas, pero es efectivo… es muy seguro de usar, cariño… créeme. – terminó diciendo antes de ponerse en pie y apresurarse a salir de mi vista. Me quedé mirando el contenido de mis manos de hito en hito… levanté la vista y seguí contemplando la nada… con la mente en blanco… respiré profundo y bufé… me puse en pie y rebusqué un cambio de ropa y mi chaqueta… eché unas cuantas cosas en la mochila, la deslicé sobre el hombro…  tomé las llaves y las hice tintinear en la mano y salí por donde había salido mi padre momentos antes, seguí sus pasos escaleras abajo… miré por todas partes y no lo vi, así que fui por el auto para dar inicio a mi aventura… -espero estar haciendo lo correcto- pensé en voz alta al sentarme tras el volante y deslizaba la mochila al asiento de al lado. En lo que salía me pareció haber visto la sombra de mi padre en la ventana, pero no estoy segura.
Con el auto sobre el asfalto, coloqué las manos firmes una sobre la dirección y la otra sobre la palanca de las marchas y partí presionando cada tanto un poco más el acelerador, envuelta con mis tonadas favoritas en el reproductor del auto…
El viento silbaba contra la superficie aerodinámica. Pareciera danzar con cada nota musical que se irradiaba del estéreo y el palpitar de mi corazón… No me reconocía! Me sentía excitante y viva me recordó a Vin Diesel en Rápidos y Furiosos
Seguí la carretera al Este tanto que mi ser se acompasó en plena armonía al Mustang… como si fuera una con él. Esta sensación de libertad, velocidad y adrenalina son increíbles. No hay tránsito… ni un solo vehículo. Estamos solos en esta inmensidad… con mares de árboles a lado y lado por prácticamente todo el camino, bajo los reflectores de la luna más bella que he visto en mucho tiempo.
Nunca había ido tan lejos. Miré por el retrovisor y luego al frente… el camino ha dejado de ser plano y empiezo a encontrar curvas y pendientes… es hermoso y divertido. La velocidad sigue conmigo.
No quiero llamar a esos chicos! Desconozco hasta dónde conducir, pero si en unas pocas millas no encuentro el lugar de reunión deberé regresar… por Charlie… y por su voto de confianza en mí.
He disfrutado el paseo… realmente me ha gustado… -Estaba pensando en ello cuando divisé un par de curvas adelante. El corazón me palpita irregularmente y me resulta difícil respirar… -Necesito controlarme!- Siempre hiperventilo cuando estoy frente a una situación que me sobrepasa…
Hoy debe cambiar, recuerda –me digo en voz alta tratando de hacerme entrar en razón. –Respira, respira! Tú puedes con esto… Tú puedes!
Las luces están frente a mí, acercándose más y más. Decenas de autos de todos tipos y colores…
-Dios, cuánta gente!- me digo aterrada…
-No hay vuelta atrás! Tú puedes Is… Ya estamos aquí- esa es mi yo fuerte dando aliento a mi parte tímida, insegura y frágil.
-Si, yo puedo… yo puedo!
Sondee el lugar con una mirada de halcón, rápida y aguda, tomando nota y buscando el sitio más seguro para mi bebé… porque eso es desde hoy, mi bebé.
Dios! Las chicas aquí visten tan… tan… -pensaba apagando el motor, aferrándome al volante con demasiada fuerza… cuando algo picoteaba mi ventanilla. Me llevé una mano al pecho del sobresalto, y con los ojos dilatados miré a la velocidad del rayo hacia afuera… percatándome de quién se trataba.
Unos ojos expectantes me miraban extasiados… haciéndome señas con el pulgar para que bajase el vidrio –y obedecí.
Su cuerpo se enderezó dando un paso atrás. Ninguno pronunció palabra alguna, pero nuestras miradas estaban conectadas y se hablaban… ninguno parpadeaba. Él sonreía y yo estaba aterrada. Introduciendo la mano para retirar el cierre, abrió la puerta en silencio y extendió la  mano para que saliera… y salí, todo fue muy rápido…
-No puedo respirar le dije- me daba un abrazo de oso y me tenía suspendida entre sus brazos… yo estiraba las piernas tratando de encontrar cualquier cosa donde pisar… Me dejó en el suelo y se separó de mí.
Miré a todas partes y la vi caminar hacia nosotros con una gran sonrisa en los labios.
Bienvenida -se apresuró a decir cuando llegaba a nuestro lado –Creímos que ya no vendrías- y la sonrisa en ambos no se iba.
Ven –me dijo tomando mi mano y halándome tras ella con paso firme –Ven tienes que conocer a los demás.

Aquí les dejo, espero estar pronto con el siguiente capi.
Qué les parece? Espero sus RR… Gracias por leer y comentar.

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